sábado, 23 de octubre de 2010

Inmortal

Si mis letras tornan alas de acero

por lugares remotos,

mi voz crece pies nómadas

y crepúsculos ubicuos,

si mi alma extiende su esplendor

en ojos lluviosos

y la piel vibra con el espasmo de mi pecho.

Es posible que renazca mil veces,

que me vuelva líquido en ojos extraños

y los girasoles crezcan por donde canté

lo que en otro pueblo he llorado.


Abelrubén Romero Morales

miércoles, 20 de octubre de 2010

Cuando mis noches


se van de juerga

con tu lengua

los minutos

son incendios

Húmedo faje

con el asfalto

hasta el cuello

La médula

desmodulada

del deseo

nos pide fundir

nuestros vientres

hoy que traemos

la voluntad

bien al tiro

Rogelio Dueñas

lunes, 18 de octubre de 2010

Colisión
"Pedacito de papel al viento..."
Silvio Rodríguez

En un vuelo despavorido una mosca se estrelló contra una barra de mantequilla. Al salir, sus alas habían mutado en enormes y amarillos planeadores. De ahí que ahora en alguna lengua le conozcan como Butterfly.

Abelrubén Romero Morales

viernes, 24 de septiembre de 2010

Cuerpo sin sombra


Fundes la noche que tus labios ultravioleta marcan mi cuello

penumbra en que eres cuerpo sin sombra,

sol en vela sobre un catre de montaña.

Miras la luna que espera callada

el silencio del amante sonámbulo,

bajas, llueves sobre la roca fundida de mis manos,

volamos, vueltos nube acribillada con picos de ave,

con plumas que salpican la mejilla.


Vuelo sin nombre al sol que hizo tu carne,

sin apellidos, ni tuyo, ni mía.

Revueltos, luminosos, flotamos

sobre la mirada lasciva de los girasoles.


Abelrubén Romero Morales

miércoles, 20 de enero de 2010

Impasible

Esta noche que partes tu cráneo

contra un oasis de perlas,

que quiebras tu nariz

en dunas de arena blanca

y descubres tu pecho y es volátil tu sangre;

que bebes el vodka

de la tierra donde murió la utopía,

que ahogas en ron

la paradoja de una Cuba con coca cola,

que abres las piernas del mundo

al punk y a José Alfredo,

que te viertes sobre muslos ebrios

sin pastillas ni pijama,

que vomitas versos

en oídos de piedra

y escuchan a través de tus espasmos

los gritos del retrete;

Esta noche que ignoras las alertas

y te esparces en el suelo,

que revuelves tu sangre con tequila

y te tumba el viento de la madrugada,

que huyes del sol y del silencio.

Esta noche sin fin

que amordazas las protestas,

que no reprochas la injusticia

y olvidas la hambruna,

aun agoniza en el pecho del continente

tu párvula patria.


Abelrubén Romero Morales